Camino a la montaña me dirigía, contemplando tan maravilloso paisaje. A lo lejos, divisaba el horizonte, celeste, claro, despejado. Por un momento me recuerda a los aires navideños que se respiran en mi Tierra.
Qué hermoso día, alegre, juguetón. Llego a mi destino, para maravillarme con su belleza. Una vista espectacular en la montaña. Quisiera querarme ahí viviendo, pero solo estaré por un momento.
De nuevo llega a mi mente, la sensación de una tarde navideña. Imagino el delicioso aroma a pino, el sabor dulce del queque, el exquisito saber de un tamal. Ya falta poco me digo, no quiero que este año pase sin sentir la Navidad.
Regreso a casa agradecido, Dios me ha dado un maravilloso regalo. Un bello día, un lindo sentimiento. No podía esperar llegar a casa para descansar un poco, y fantasear con la época tan maravillosa que se acerca.
domingo, 26 de octubre de 2008
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